¿Recordáis que hace un tiempo os hablamos del método Konmari para mantener la casa en orden? Bueno, pues a estas alturas nos hemos dado cuenta de que algunos de nosotros necesitamos unas pequeñas reglas diarias para mantener nuestra casa ordenada. ¡Así que nos hemos puesto manos a la obra!
Reglas para mantener la casa ordenada
- Regla nº1: Regla de oro y verdad de perogrullo.
Limpia y ordena un poco cada día. No se trata de que hagamos un zafarrancho cada día. Se trata de recoger la ropa que nos quitamos o limpiar los platos que hemos utilizado para comer. Así conseguiremos mantener nuestra casa bajo control… ¡Y no se nos acumularán los platos en el fregadero!
- Regla nº2: La de los cinco minutos.
Normalmente se aplica contra la procrastinación en el trabajo, pero lo mismo aplica en casa. Si tienes algo pendiente, mentalízate para realizar esa tarea durante, al menos, cinco minutos. Pasado ese tiempo ya se te habrá pasado la pereza de empezar.
- Regla nº3: ¡Fuera la tecnología obsoleta!
Confesamos que nosotros también guardamos en un cajón móviles del año de la polca. Y radios, y mandos a distancia que ya no usamos, y… Admítelo. Ya no vas a volver a usarlo. Deshazte de toda esa tecnología inútil y destina el cajón a ordenar cosas que sí usas en tu vida diaria.
- Regla nº4: En vez de apilar, guarda.
La ropa que va de la silla a la cama, las revistas que se amontonan encima de la mesa, los cacharros que no recogemos… Todo ello impide que la casa se vea ordenada. Además, a la hora de limpiar trasladamos las cosas de un lado a otro, lo que dificulta mucho la tarea. Así que ya sabes, recicla las revistas que ya has leído, recoge las que no, y la ropa, de vuelta al armario. Truco: Si en el armario todas las perchas son iguales, es más fácil que encuentres las cosas.
- Regla nº5: Deshazte de las cosas que no has utilizado en un año.
Esta regla nos gusta mucho. Escoge un cajón y mete en él las cosas que no son importantes y no utilizas habitualmente. Si en un año no lo has abierto, si no las has usado, ¡tíralo! Es probable que no vuelva a hacerte falta. Mismo principio con la ropa. ¿Te acuerdas de ese jersey que hace tres años que no te pones? ¿Qué hace todavía ocupando sitio en tu armario? 😉